Asigne una estructura a sus ideas, considere todos los elementos necesarios con una vista de 360 ° para planificar su curso. Esto siempre es un desafío para los desarrolladores de cursos.
Aquí le presentamos algunas herramientas útiles para la planificación de sus acciones formativas en formato blended learning y algunas ideas para su uso.
La planificación (y preparación) de una acción formativa comienza con el conocimiento de las competencias que deben enseñarse. Estas competencias generalmente se definen / describen en curriculum o en un plan o programa de estudios, válido tanto para los programas de FP inicial como para la formación continua. A veces, las competencias forman parte de los planes de estudio oficiales para un título de FP o un certificado de profesionalidad y, a veces, se enumeran y describen en programas privados para cursos de formación específicos.
El proceso de planificación del curso debe ocuparse de elaborar las instrucciones necesarias para guiar tanto a los formadores como a los alumnos y de crear las condiciones para crear un aprendizaje gratificante y productivo en un ambiente saludable.
En la mayoría de los cursos de FP continua los objetivos del curso son determinados por la empresa. En caso contrario, será necesario definir estos objetivos con precisión (si es posible, como competencias en términos de conocimiento, habilidades y actitudes).
El siguiente paso es la selección del contenido. Esto debe incluir todo para alcanzar los objetivos del curso, pero también tener en cuenta elementos adicionales, por ejemplo, unidades independientes para llevar a todos los alumnos al mismo nivel. Aunque es muy importante en cualquier proceso de aprendizaje, en la mayoría de los casos el contenido del curso no es el elemento clave. Por el contrario, su función es ayudar a los alumnos a cumplir las tareas del curso (generalmente en forma de un proyecto o un problema práctico a resolver). Los contenidos y las diferentes interacciones programadas a lo largo del curso abren el camino para que los alumnos logren sus objetivos de aprendizaje. Este es el caso en la mayoría de los cursos de capacitación que siguen el enfoque PBL (Problem Based Learning o Project Based Learning).
Para el proceso de planificación es necesario conocer al alumnado al que el curso va dirigido. Estas son cuestiones a las que hay que dar respuesta para una buen a planificación.
Es importante saber (para la planificación, el desarrollo y la implementación del curso) por qué los alumnos o aprendices van a participar en el curso. Puede haber numerosas razones, como por ejemplo: Para todas estas diferentes intenciones del alumnado, el curso debe planificarse de manera eficiente y los formadores deben saber cómo trabajar de la mejor forma posible con el alumnado participante.
El método TIBL promueve un enfoque pedagógico llamado “aprendizaje sostenido“. Este enfoque proporciona un aprendizaje activo (basado en el aprendizaje autodeterminado que suelen llevar a cabo los adultos, enfoque determinado por la llamada Heutagogía), así como el micro aprendizaje y el uso bien planificado y apropiado de múltiples dispositivos.
El aprendizaje sostenido debe incluir el uso de la retroalimentación tanto de los alumnos a los formadores como la retroalimentación efectiva y motivadora oportuna del formador a los alumnos. Esta retroalimentación debe planificarse desde el principio de manera consistente.